La Importancia Vital del Conocimiento en Soporte Vital Básico y el Uso del Desfibrilador: Hacia un Futuro con Más Zonas Cardioprotegidas
Cada año, alrededor de 30.000 personas sufren una parada cardiorrespiratoria (PCR) fuera del hospital en España. Ante una situación de este tipo, cada minuto cuenta. La rápida intervención mediante maniobras de Soporte Vital Básico (SVB) y el uso de un Desfibrilador Externo Automático (DEA) incrementa en un 70% las posibilidades de supervivencia de la víctima. Sin embargo, lamentablemente, menos del 10% de las personas que sufren una PCR en espacios públicos sobreviven, en gran parte debido a la falta de conocimiento y acceso a zonas cardioprotegidas.
¿Qué es una Zona Cardioprotegida y por qué es crucial su expansión?
Una zona cardioprotegida es un espacio, ya sea público o privado, que está equipado con un DEA y cuyo personal, o parte de los presentes, ha sido formado en SVB. En estas zonas, ante una parada cardíaca, cualquier persona entrenada puede intervenir de manera rápida y eficiente mientras llega la ayuda médica. Afortunadamente, en los últimos años, en España se ha ido incrementando el número de estas zonas, tanto en instalaciones públicas como privadas.
Actualmente, se estima que en nuestro país hay más de 25.000 desfibriladores instalados en lugares públicos, un dato alentador, pero insuficiente si se considera que las paradas cardíacas pueden suceder en cualquier momento y lugar. Según datos de la Fundación Española del Corazón (FEC), el tiempo medio de respuesta de los servicios de emergencia es de entre 7 y 10 minutos, pero tras los primeros 3-5 minutos, las probabilidades de supervivencia disminuyen drásticamente.
¿Por qué es tan importante la formación en SVB y uso de DEA?
Cualquiera de nosotros puede ser testigo de una parada cardíaca, ya sea en casa, en el trabajo o en la calle. De hecho, más del 80% de las PCR ocurren en el hogar. Saber cómo reaccionar ante una emergencia y utilizar un DEA no debería ser una habilidad reservada solo para profesionales sanitarios. Por ello, la formación en Soporte Vital Básico y el uso de desfibriladores es vital no solo para proteger a las personas cercanas, sino también para fomentar una sociedad más preparada y segura.
Las maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar) pueden ayudar a mantener el flujo sanguíneo al cerebro y órganos vitales mientras llega el DEA o la ayuda médica. Por su parte, los desfibriladores automáticos son extremadamente fáciles de usar: guían a la persona que los emplea paso a paso y administran una descarga eléctrica solo si es necesario, haciendo que la intervención sea segura y efectiva.
La Necesidad de Más Zonas Cardioprotegidas
España ha avanzado significativamente en la creación de zonas cardioprotegidas, pero aún queda mucho por hacer. Países como Francia o Alemania ya han implementado leyes que obligan a la instalación de desfibriladores en grandes espacios públicos. Aquí, la legislación varía según la comunidad autónoma, aunque algunas regiones como Madrid, Andalucía y Cataluña han comenzado a exigir la instalación de estos dispositivos en ciertos lugares públicos, como estaciones de tren, centros comerciales o instalaciones deportivas.
La cardioprotección en empresas privadas también está ganando terreno. Muchas compañías han optado por adquirir desfibriladores y formar a su personal en SVB, lo que no solo protege a empleados y clientes, sino que también transmite un compromiso con la seguridad y la salud pública. Sin embargo, aún es necesario que más organizaciones, tanto públicas como privadas, tomen conciencia de la importancia de crear espacios cardioprotegidos.
Conclusión
Invertir en formación de Soporte Vital Básico y el uso de DEA es invertir en vidas. No se trata solo de tener el material disponible, sino de asegurar que las personas que lo rodean sepan utilizarlo. Ampliar las zonas cardioprotegidas y fomentar la adquisición de estos conocimientos entre la población general debe ser una prioridad para reducir el impacto de las paradas cardiorrespiratorias. Con más desfibriladores y más ciudadanos capacitados, las tasas de supervivencia pueden mejorar drásticamente, salvando miles de vidas cada año.